miércoles, 10 de agosto de 2011

TIEMPO DE FÁBULAS - 9

La gaviota, el guanaco y el cocodrilo de lava


Había una vez un mundo de los aires donde gobernaban las gaviotas y otro mundo con montañas y hierbas donde gobernaban los guanacos.


Pero en el otro, donde había volcanes, lava y magma, reinaban los cocodrilos de lava.


En esos tres mundos solo cabían cuatro seres porque tenían el tamaño de la mitad de una cancha de fútbol.


Pero el reino de la lava secuestró a tres seres de esos dos planetas. ¿Saben por qué solo tres? Porque la gaviota es lista y se escondió, y el guanaco estaba ocupado comiendo hierbas.


De repente el guanaco se dio cuenta de que sus amigos no estaban y los dos, la gaviota y el guanaco se conocieron buscando a sus compañeros. Entonces se hicieron amigos y fueron a buscar a los otros… pero juntos. Encontraron guardias pero los confundieron. ¿Saben cómo? Porque eran alérgicos a cosas de otro mundo. Por eso los dos guardias murieron. Quedaron dos más. El guanaco distrajo a los otros dos y la gaviota, como es tan inteligente, se llevó las llaves sin que se den cuenta. Cuando los salvaron, a ellos dos los nombraron reyes.

Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.


Federico Hayes

TIEMPO DE FÁBULAS - 8

La mara y el guanaco



Había una vez una mara y un guanaco que vivían en el cerro Chenque.


Eran grandes amigos y siempre jugaban juntos.


Un día el guanaco fue a comprar unos caramelos con la mara. Y ella le pidió uno.


-No. Tengo pocos.


La mara se puso triste y pensó que si el guanaco no sabía compartir no podía ser su amigo. Y se alejó.


Unos meses después, cuando el invierno era muy crudo y frío, la mara iba a su refugio en el cerro cuando, de pronto, se encuentra con el guanaco casi muerto de frío y de hambre. A la mara le dio mucha tristeza ver a su amigo así. Se acordó de todos los momentos lindos que habían pasado juntos, se olvidó del egoísmo del guanaco y lo invitó a compartir su refugio y su comida. Se fueron juntos hacia la cima del cerro riéndose de sus andanzas.

Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.

Moira De la Torre

TIEMPO DE FÁBULAS - 7

Robo al piche



Se trataba de un piche, un joven áspero, puntiagudo y un poco triangular. Era muy inteligente, astuto y prudente.


El otro animal en el camino alternativo del Chenque era un guanaco alto, baboso y rápido. También era perezoso, egoísta y traicionero.


Una mañana el piche se levantó de su caja de fósforos (cama). Se fue a un auto volcado, explotado y abollado donde guardaba comida. En un momento apareció el guanaco y le robó una parte. Dijo que fue el águila. Ella dijo que el guanaco era un patán y un mentiroso.


Después el piche regresó al auto y resulta que el guanaco le había robado todo. El piche fue muy enojado a pegarle y le dijo:


- ¡Hey! ¡Vos, gordo, grandote! Te robaste mi comida y por eso voy a llamar a la policía humana y te va a llevar al zoológico.


El guanaco respondió:


-No lo creo, chiquilín.


-¡Uuuuh, uuuuh!¡


-¿O sí?, dijo el guanaco con la sirena detrás.


Los policías llamaron al control animal y lo llevaron al zoológico por un mes.


Más tarde el piche recuperó la comida del escondite del guanaco y se fue a dormir.


Luego de un mes se hicieron amigos porque el guanaco se disculpó. Compartían todo.

Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.

(Mientras, los dos ahora están en el hospital por raspaduras al caer de la bicicleta)

Augusto Montenovo

lunes, 8 de agosto de 2011

TIEMPO DE FÁBULAS - 6

El ñandú y la ballena




Había una vez un ñandú que iba corriendo por el cerro y vio a una ballena que se hacía la lastimada. El ñandú fue a ayudarla. La tocó. La ballena le dio un coletazo y empezó a dormir. El ñandú se paró y le dio una patada. La ballena enojada le gritó pero después lo invitó a su casa porque se sentía mal por haberle pegado. Hablaron de las cosas buenas y malas que les habían pasado. Se hicieron amigos y todos muy felices.

Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.


Gian Luca Costanzo

TIEMPO DE FÁBULAS - 5

El guanaco y la lagartija




Una vez había una lagartija a la que le gustaba comer carne. Es decir, era carnívora.

Fue a caminar y de paso, comer algo. Pero cuando volvió, toda su casa estaba mojada por un guanaco al que le encantaba escupir.

La lagartija se enojó, fue discretamente a su pie y se lo mordió.

El guanaco se enloqueció.

Los dos se pusieron a pelear.

¡A su derecha la lagartija y a su izquierda el guanaco!

La lagartija lo mordió en la espalda.

El guanaco se tiró y aplastó a la lagartija y fue “K.O.”

La lagartija le dijo que podría irse a otro lugar. Él no quería.

A la lagartija “se le prendió el foco”. Entonces se fue.

El guanaco aprendió una lección: que él no debía escupir a los demás.

Fue a buscar a la lagartija. Cuando la encontró le dijo que vuelva a su anterior hogar.

Se quedó con ella pero iba a escupir y a babear a otro lado.

Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.


Daniel Talavera

TIEMPO DE FÁBULAS - 4

El puma y la mara


Había una vez, en la estepa patagónica, dos amigos. Bueno,“amigos” no creo, pero eran compañeros.



La estepa era hermosa: grande, silvestre y obvio… patagónica.


Esos “amigos” eran una mara y un puma. La mara era la santa de la estepa y el puma era… egoísta, malo, astuto, ofensivo y traicionero.


Un día, corriendo como siempre, la mara y el puma estaban haciendo competencia para ganarse un trofeo. Resulta, que el puma corrió un poco más lento que lo común, entonces fue empate y el juez dijo:


-Los dos compartirán el trofeo.


Pero el puma gritó:


-Ni loco comparto “mi” premio. Me lo llevo.


Se fue corriendo con “su” trofeo a su casa.


La mara fue a la suya, triste porque su amigo no quiso compartir. (Igual nunca compartía)


Después la mara fue a la casa del puma con intención de verlo.


-Puma, por qué nada compartes. Me odias desde el primer día que me viste. No compartes nada con nadie. ¿Por qué lo haces?


-Lo que pasa es que no quiero que me toquen nada porque soy así, pero ahora me hiciste ver el lado bueno. ¡No soy más egoísta! ¿Vamos al parque?


-¡Claro!


Y fueron amigos para siempre.

Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.

Aintzane Zubimendi

TIEMPO DE FÁBULAS - 3

La ballena y los peces

Había una vez una ciudad que se llamaba Puerto Madryn.



Allá mucha gente iba a ver a las ballenas y a los peces.


Los peces se peleaban por la gente que iba a verlos. Algunas veces tenían más público las ballenas y otras veces ellos.


Un día una ballena dijo:


-Es una pavada. No podemos estar peleando así. Hay que resolverlo.


Un pez respondió:


-Cierto, pero esperen, esperen un segundo: por qué no nos unimos. Así somos solo un grupo porque en dos grupos nos peleamos.


Al día siguiente los peces se despertaron, fueron al hábitat de las ballenas que les dieron la bienvenida a su casa.


-Se podrían quedar aquí. Sería muy bueno que durmieran aquí, que se quedaran aquí para siempre.


Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.

Federico González

TIEMPO DE FÁBULAS - 2

El pato egoísta



Había una vez un pato, en Chubut, que era inteligente, fuerte y de piernas largas.


Una vez decidió salir a caminar por el bosque y se encontró con una mara pelada pidiéndole un poco de sus plumas.

Él dijo:


-No, pero te propongo algo –dijo el pato.


La mara tonta y sin pensar dijo:

-Dale, yo te doy mi cola y vos me das tus plumas.


Entonces, de repente el pato le arrancó la cola y se quedó con las dos cosas.

Al otro día, el pato pasó de nuevo por el bosque y vio a la mara acurrucada de frío.

-Pobrecita. Mejor comparto mis plumas.


Se acercó diciéndole:


-Compartiré mis plumas y te devolveré tu cola.

La mara contenta dijo:

-Muchas gracias.

-No es nada, dijo el pato, a mí me enseñaron un dicho.

Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.

Joaquín Vasquez

TIEMPO DE FÁBULAS - 1

El pingüino y el lobo marino




Había una vez un pingüino, bien chiquito.


Un día llegó al colegio un compañero nuevo, un lobo marino malo y muy egoísta. Él tenía todo lo mejor. El pingüino quería eso, pero el lobo marino no prestaba nada y se sentía enojado con todos.


Los animales insistían pero decía que no. El pingüino le preguntó dónde había comprado sus útiles. Él le contestó:


-No sé, no sé. No me acuerdo.


El pingüino pensó que algo estaba tramando…


Más tarde llegó un librero al que le habían robado unos útiles increíbles, como los del lobo marino.


El pingüino se dio cuenta de quién fue, pero no dijo nada.


El lobo marino se iba congelando de miedo. Después dijo la verdad. Aprendió la lección y fueron todos alegres.


Moraleja:


Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.

Martina Sosa

TIEMPO DE FÁBULAS

Esta vez el desafío fue escribir una fábula con personajes patagónicos y cuya moraleja fuese:


“Es leal y generoso compartir con amigos lo feo y lo hermoso.”

Para una lectura más ágil, aparecerán individualmente.

martes, 2 de agosto de 2011

Cartelera para el zoo

Inspirados en la Cartelera para el zoo de Franco Vaccarini, los chicos escribieron y dibujaron otros carteles humorísticos:


 Está permitido un elefante muy elegante
porque va a un restaurante.

(Valentina Relly)
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Elías Medina

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¡Prohibido mirar al león!
Te va a pegar un bofetón.

(Mateo Oliva)
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¡Está prohibido perseguir al elefante
porque está comiendo
un maní gigante!

(Germán Camacho)
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Martina Sosa

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REGLAS DEL ZOO:
No molestes a la hormiga.
Te va a hacer comida.

(Augusto Montenovo)
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Está prohibido
espiar al mono tití:
está jugando con la Wi.

(Nicolás Freile)
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Julieta Luna

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¡Es de mala educación!
Si espiás a la serpiente
te romperá un diente.

(Camila Sánchez)
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Guido Ruella

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ESTÁ PROHIBIDO
molestar al camaleón
porque sino
te come el león.

(Agostina Sampaoli)
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ESTÁ PROHIBIDO
comer al pez
sin contar hasta 10.

ESTÁ PROHIBIDO
molestar al armadillo
porque se traga tu anillo.

(Manuel Fernández Chain)
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LE ADVERTIMOS:
Si ve a un sapo saltarín,
tenga cuidado
con el trampolín.

(Martín Escobar)
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Candelaria Artola