Mi perro electrónico
Yo tengo una perra Labrador. Se llama Fiona. Le gusta mucho saltar, correr y jugar. Salí a pasear con ella y vi un cartel gigante en la pared de un edificio. Decía: “Se vende perro electrónico”.
Entré al local y me lo compré. Perdí toda mi mensualidad. Salió 10.000. Era negro. Tenía facha electrónica.
Se lo presenté a Fiona. Le encantó.
Llegamos a casa. Le conté a mi mamá. Me dijo:
-¿Quién lo paseará? ¿Quién le dará de comer?
-¡Es electrónico! ¡No necesita de esas cosas!
-¿ES ELECTRÓNICO?
-¡Sí, claro! Por eso salió diez mil pesos.
-¿SALIÓ DIEZ MIL?
Fiona y Shrek salieron a jugar. Yo también. Se me tiraban encima y me lamían. El lamido de Shrek eran chispitas.
Después jugamos con la pelota. Me resbalé, me golpeé la cabeza y me desmayé. Shrek me agarró con sus patas electrónicas y me llevó a la cama. Me lamió la cara y me desperté rodeado de chispitas.
¡Ahora tengo un nuevo amigo!
Mateo Buzzi
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